jueves, 16 de octubre de 2008

El gudari de color

El otro día se clausuró en Rivas-Vaciamadrid el II Foro Social Mundial de las Migraciones. Gentes de todo el orbe, en su mayoría miembros de ONG y otras asociaciones de ayuda a los inmigrantes, se reunieron para luchar por una ciudadanía universal y por los derechos humanos. Fue un éxito total que ojalá se refleje en políticas concretas de los gobiernos.

Los organizadores advirtieron expresamente de que aquel no era el lugar adecuado para reivindicaciones políticas. A pesar de ello, cuando el presidente de la mesa dio por concluidas las jornadas, una voz potente se elevó desde la última fila del patio de butacas gritando “Gora Euskadi Askatuta!” O sea, ¡Viva Euskadi libre! Lo traduzco porque no todo el mundo domina el vascuence, ni yo tampoco, y menos aún los africanos, asiáticos, norte y suramericanos, australianos, lapones y toda aquella gente que allí estaba, la mayoría de los cuales supongo que pensaron que decía “¡Viva el Foro!” o algo por el estilo. Un fallo de mal vendedor. En fin, siempre hay algún listillo que aprovecha que están los de la tele para arrimar el ascua a su sardina.

Volví la cabeza buscando el rostro del audaz gudari que, cual Espartaco, había lanzado al mundo ese grito de libertad, y me quedé de piedra. Era un hombre de color, de color negro quiero decir, como el betún. Al instante me dije esto no puede ser, serán los de la cámara indiscreta o una novatada entre universitarios. Pero no, el moreno iba en serio. Se concluye que el susodicho ha aceptado un papel de actor secundario como abertzale exótico, pero que no se ha leído el guión de la película. Aprovecho estas líneas para informarle de que el guión lo escribió un tal Sabino Arana. Que lea, que lea, y se entere de cómo las gastaba el angelico. El numerito del pueblo vasco sometido al español está más visto que el tebeo, pero esto de representarlo con actores de otras razas –pobre don Sabino- no deja de ser una novedad.

Seguro que sus compatriotas africanos pensaron que era de alguna tribu del interior y que por eso tenía algo de acento.


No recuerdo dónde publiqué este artículo, allá por julio-septiembre de 2006

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