Como resumen de lo dicho en los artículos anteriores sobre la energía nuclear, para el necesario debate que a todos nos afecta tanto en la cuestión más amplia del cambio climático como en la más cercana de los recibos de la luz, del gas y de la gasolina, podemos decir que:
- La quema de petróleo, gas y carbón está produciendo un cambio climático de consecuencias desastrosas.
- Además, al ritmo actual el petróleo y el gas se agotarán a medio plazo. Carbón queda para cientos de años.
- Es necesario buscar una alternativa a escala mundial para la producción de energía, tanto para fabricar electricidad como para el transporte.
- Las posibilidades a la vista son tres: las energías renovables, en especial la solar y la eólica, que tienen el inconveniente de su elevado coste y de la gran superficie que ocupan sus instalaciones; la energía nuclear convencional, con un grave problema de impopularidad por su seguridad y por el enterramiento de residuos radiactivos, ambas cuestiones razonablemente resueltas desde el punto de vista técnico, y la energía nuclear de fusión, que no produce radiactividad ni residuos pero que aún está en fase de investigación.
- Muchos de los países avanzados producen energía nuclear y tienen planes para abrir más centrales, debido a su precio ventajoso y a que reduce la dependencia del petróleo, gas y carbón importados de países inestables.
- En España hace años que los sucesivos gobiernos llevan la política de abandonar la energía nuclear, dejando que las centrales existentes se vayan cerrando sin abrir otras nuevas. El gobierno actual, además, potencia nuevas centrales de carbón, en su mayor parte importado, con una nueva técnica menos contaminante que aún no ha sido probada. Se potencian también las energías solar y eólica con fuertes subvenciones y con subida del recibo de la luz. Se mantiene o se baja ligeramente el consumo de petróleo y gas.
- Dudo que España pueda influir de forma apreciable en la política energética mundial. En lo que toca a nuestra economía interna opino que deberíamos seguir este camino:
· Seguir apoyando la investigación en energía nuclear de fusión, que si sale adelante resolverá para siempre el problema de la energía a escala mundial a partir de 2050-2060.
· Reducir de forma rápida y ordenada el consumo de petróleo, gas y carbón.
· Abrir nuevas centrales nucleares, para que produzcan mientras tanto un porcentaje significativo de la energía del país. Construir el almacén subterráneo profundo para los residuos radiactivos.
· Seguir apoyando las energías renovables, pero no como fuente principal a no ser que falle la energía de fusión.
· El ahorro energético estaría bien, pero es una quimera a juzgar por cómo usamos la calefacción y el aire acondicionado. La mejora en la eficacia de las máquinas puede ayudar un poco en este ahorro.
En fin, estimados vecinos de Rivas-Vaciamadrid, ya sé que mi opinión sobre la energía nuclear va contracorriente. Ustedes son libres de pensar como prefieran. Espero que los que hayan seguido esta serie de artículos y no conocieran el tema tengan ahora más datos para poder opinar. En todo caso es necesario que los políticos y la sociedad abran un debate profundo y razonado sobre la cuestión, que es trascendental para el país, y que entonces se decida lo que más nos convenga.
- La quema de petróleo, gas y carbón está produciendo un cambio climático de consecuencias desastrosas.
- Además, al ritmo actual el petróleo y el gas se agotarán a medio plazo. Carbón queda para cientos de años.
- Es necesario buscar una alternativa a escala mundial para la producción de energía, tanto para fabricar electricidad como para el transporte.
- Las posibilidades a la vista son tres: las energías renovables, en especial la solar y la eólica, que tienen el inconveniente de su elevado coste y de la gran superficie que ocupan sus instalaciones; la energía nuclear convencional, con un grave problema de impopularidad por su seguridad y por el enterramiento de residuos radiactivos, ambas cuestiones razonablemente resueltas desde el punto de vista técnico, y la energía nuclear de fusión, que no produce radiactividad ni residuos pero que aún está en fase de investigación.
- Muchos de los países avanzados producen energía nuclear y tienen planes para abrir más centrales, debido a su precio ventajoso y a que reduce la dependencia del petróleo, gas y carbón importados de países inestables.
- En España hace años que los sucesivos gobiernos llevan la política de abandonar la energía nuclear, dejando que las centrales existentes se vayan cerrando sin abrir otras nuevas. El gobierno actual, además, potencia nuevas centrales de carbón, en su mayor parte importado, con una nueva técnica menos contaminante que aún no ha sido probada. Se potencian también las energías solar y eólica con fuertes subvenciones y con subida del recibo de la luz. Se mantiene o se baja ligeramente el consumo de petróleo y gas.
- Dudo que España pueda influir de forma apreciable en la política energética mundial. En lo que toca a nuestra economía interna opino que deberíamos seguir este camino:
· Seguir apoyando la investigación en energía nuclear de fusión, que si sale adelante resolverá para siempre el problema de la energía a escala mundial a partir de 2050-2060.
· Reducir de forma rápida y ordenada el consumo de petróleo, gas y carbón.
· Abrir nuevas centrales nucleares, para que produzcan mientras tanto un porcentaje significativo de la energía del país. Construir el almacén subterráneo profundo para los residuos radiactivos.
· Seguir apoyando las energías renovables, pero no como fuente principal a no ser que falle la energía de fusión.
· El ahorro energético estaría bien, pero es una quimera a juzgar por cómo usamos la calefacción y el aire acondicionado. La mejora en la eficacia de las máquinas puede ayudar un poco en este ahorro.
En fin, estimados vecinos de Rivas-Vaciamadrid, ya sé que mi opinión sobre la energía nuclear va contracorriente. Ustedes son libres de pensar como prefieran. Espero que los que hayan seguido esta serie de artículos y no conocieran el tema tengan ahora más datos para poder opinar. En todo caso es necesario que los políticos y la sociedad abran un debate profundo y razonado sobre la cuestión, que es trascendental para el país, y que entonces se decida lo que más nos convenga.
La Gaceta de Rivas, febrero 2009
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