martes, 18 de noviembre de 2008

Para aprender hay que estudiar

Según las encuestas internacionales la educación española va de capa caída y vamos a terminar a la cola de Europa. En los últimos cuarenta años se ha extendido la enseñanza a más personas pero ha bajado mucho la calidad, en gran parte debido a la bienintencionada aunque nefasta LOGSE y sus secuelas. Para que no digan que exagero les pondré un ejemplo. En 1970 un chico o una niña de diez años estudiaban primer curso de bachillerato, con nueve asignaturas bien definidas, entre ellas lengua española, geografía e historia, idioma extranjero, matemáticas, ciencias naturales y dibujo, impartidas por profesores titulados en cada materia y que requerían estudio para aprobar. Les invito a que entren en la página web del ministerio (mepsyd.es) y consigan tan siquiera hacerse una idea aproximada del contenido de las asignaturas del equivalente actual, quinto de primaria, y de la forma de evaluarlas.

Esta es la situación: sobran universitarios, faltan titulados en formación profesional, demasiada gente no termina la educación secundaria obligatoria y el grado de conocimientos en todos los niveles es muy insuficiente. Eso sin contar con que en algunas regiones ya no se enseña la lengua española, para asombro del mundo entero, o que la Historia impartida en algunas autonomías es una fábula.

Los maestros y profesores están bien preparados y todavía conservan, de forma inexplicable, las ganas de educar. Por otro lado siempre vendrá bien que se aumenten los presupuestos y el número de escuelas o que se mejore la integración de los inmigrantes, pero estoy convencido de que la solución a la caída en barrena del nivel educativo pasa por:

a) Exigir a los estudiantes que se esfuercen por aprender. Nuestras leyes educativas no fomentan el estudio y conviene recordar que la tendencia natural de los niños y muchachos no es coger un libro de historia y empapárselo, sino salir al patio o correr la calle.

b) Devolver a los maestros y profesores su autoridad. La educación no es una actividad democrática, por su propia naturaleza, ya lo decían los clásicos. Unos van a la escuela a enseñar y otros a aprender. Lo cual no tiene nada que ver con que se respeten los derechos de los alumnos.

c) Retornar al gobierno central las competencias en materia educativa.


Publicado en La Gaceta de Rivas, 84, noviembre de 2008

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