Lema de los niños bien de Mayo del 68, revolucionarios de salón. Suele usarse como excusa para hacer lo que a uno le da la real gana una vez agotados los argumentos, aunque hasta la mente más roma comprende que sin normas no hay libertad, pues los poderosos tardan un suspiro en machacar a los débiles.
Propongo a los defensores de esta actitud que no se limiten a jugar a las barricadas y pasen a disfrutarla en toda su amplitud en el mundo real. Hay un lugar bajo el sol en el que no hay normas, ni policía, ni jueces, ni alienantes escuelas, ni autoridad: el paraíso de la libertad. Se llama Somalia.
Es fácil ir. Se cogen los ahorros y se alquila un barco en las Seychelles. Cuando la mar esté en calma navegas hacia el noroeste y, antes de que llegues a la costa, saldrán a recibirte varias barcas tripuladas por gentes de la tierra; muchachotes altos, negros y delgados, gente noble. Llevan fusiles pero no pases pena. Tampoco te preocupes por el pasaporte o los trámites de aduanas. Explícales que no eres un bastardo capitalista que viene a esquilmar sus bancos de peces, sino un defensor de la libertad absoluta. Sonreirán y te llevarán a su poblado.
Allí tendrás ocasión de que los varones de la aldea te hagan una visita rápida pero muy cariñosa, seas hombre o mujer. Se enrollan bien y no hacen distingos. También disfrutarás de un buen suministro de khat y de música rap o similar saliendo de estruendosos aparatos. Sexo, droga y rock and roll a tope y nada de leyes castradoras del libre albedrío. Prohibido prohibir en estado puro.
¿Cómo, que prefieres quedarte en tu casa bebiendo cerveza y viendo un partido? ¿Pero no eras revolucionario?
Propongo a los defensores de esta actitud que no se limiten a jugar a las barricadas y pasen a disfrutarla en toda su amplitud en el mundo real. Hay un lugar bajo el sol en el que no hay normas, ni policía, ni jueces, ni alienantes escuelas, ni autoridad: el paraíso de la libertad. Se llama Somalia.
Es fácil ir. Se cogen los ahorros y se alquila un barco en las Seychelles. Cuando la mar esté en calma navegas hacia el noroeste y, antes de que llegues a la costa, saldrán a recibirte varias barcas tripuladas por gentes de la tierra; muchachotes altos, negros y delgados, gente noble. Llevan fusiles pero no pases pena. Tampoco te preocupes por el pasaporte o los trámites de aduanas. Explícales que no eres un bastardo capitalista que viene a esquilmar sus bancos de peces, sino un defensor de la libertad absoluta. Sonreirán y te llevarán a su poblado.
Allí tendrás ocasión de que los varones de la aldea te hagan una visita rápida pero muy cariñosa, seas hombre o mujer. Se enrollan bien y no hacen distingos. También disfrutarás de un buen suministro de khat y de música rap o similar saliendo de estruendosos aparatos. Sexo, droga y rock and roll a tope y nada de leyes castradoras del libre albedrío. Prohibido prohibir en estado puro.
¿Cómo, que prefieres quedarte en tu casa bebiendo cerveza y viendo un partido? ¿Pero no eras revolucionario?
3 comentarios:
Feliz Navidad Juan. Un abrazo desde el Bajo Aragón
Feliz navidad Juan. Un abrazo desde el Bajo Aragón
Ahí a Somalia,o a cualquier otro lugar donde el Corán y la Sharia señoreen, deberían ir esos que tu llamas revolucionarios de salón. Y no porque practiquen el libre albedrío y esas cosas decadentes de Occidente. Aquí en este país que todavía algunos llamamos España tenemos muchos niños de papá (y mamá)con ganas de prohibir cosas, pero de aquí (los toros, el fumar, el vino ...etc etc.)
Antes aquí prohibian los curas con sotana, ahora los curas laicos y modelnos.
ARB
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