Siempre quiebra por lo más delgado

Domingo, 16 de mayo de 2010. Pues sí, al final el gobierno y sus compañeros de partido, tan socialistas y obreros ellos, nos han clavado el rejón a funcionarios, pensionistas, personas necesitadas de ayuda para vestirse, madres recién paridas, obras públicas que se dejan de construir y por ahí. Supongo que nadie un poco informado esperaría otra cosa.

Si nuestros próceres fueran gente leída e instruida nos habrían evitado el desastre. Bastaba con coger a uno de los clásicos, Quevedo, y meditar sobre esos versos que dicen: “…parad, pues es negocio averiguado, que siempre quiebra por lo más delgado”. Despilfarrar el dinero público durante años, y permitir que el estado autonómico haya perdido todo control, no puede llevar más que a dos desgracias sucesivas: que antes o después nos despeñaremos y que el destrozo lo pagaremos los de siempre.

No voy a entrar en las cosas que se han hecho mal; darían para llenar una enciclopedia. Lo que nos interesa es aprender del desastre y actuar en consecuencia. Destacaré tres aspectos de la cuestión. Primera, que ZP no es el único (i)rresponsable. Lo han apoyado sin fisuras durante años su partido al completo, los sindicatos mayoritarios, numerosos grupos de interés y, en la parte del botín que les tocaba, también las autonomías del PP y de los nacionalistas. Todos a sabiendas de que es un incompetente absoluto, pero mientras tanto cada cual conseguía sus mamandurrias y otras mercedes. Cuando caiga ya verán ustedes cuántos de sus apoyos dicen aquello de que ya veían ellos que la cosa no iba bien, aunque hicieron lo que pudieron por corregir el rumbo. Sin embargo, durante su anuncio del tijeretazo en el Congreso, la mayor crítica dentro de su partido fue la de ese diputado que siempre amaga y nunca da, que a modo de protesta aplaudió al jefe pero sin levantarse del escaño; todo un disidente.

La segunda es que España ha sufrido una humillación como no soportaba desde hace mucho, cuando el otro día el presidente estadounidense llamó a ZP y le dijo: “Sr. Presidente, para mañana a primera hora quiero un recorte de su gasto público”. “Pero Obama, perdón, Mr President ¿qué hay de nuestra conjunción planetaria”. “Bip, bip, bip”, fin de la conversación. Claro, en una sola noche tampoco les ha dado mucho tiempo para pensar a nuestros dirigentes, es un decir, aunque hubieran tenido ese órgano llamado cerebro para hacerlo, así que cortaron por lo fácil.

La tercera es una frase reciente del magistrado Garzón. Pura sabiduría. Dijo que los tiempos difíciles no se deben afrontar con optimismo. Es verdad. El gobernante debe mirar las cosas con realismo, con sangre fría, planificar a largo plazo, sopesar, pedir consejo, evaluar las posibles consecuencias de sus actos y a continuación obrar pensando en los intereses del país. Tener por presidente a alguien que gusta de ser definido como “optimista antropológico”, es decir un insensato, es garantía cierta de fracaso.

Pero esto no termina aquí. ¿Qué sorpresas nos aguardan para el Consejo de Ministros del viernes próximo? ¿El gobierno se hará pronuclear, como Obama? ¿Meterá mano a las rentas más altas? (Ya avisó de que “no lo contemplaba” de momento). ¿Adelantará las elecciones? ¿Retirará las medidas y propondrá sacar a saldo los pocos bienes que aún no han vendido, como los Paradores?

P.D. No ha sido necesario esperar al viernes. Fiel a su fama internacional de improvisador, hoy lunes ZP acaba de decir, si no lo he entendido mal que… Bueno, la verdad es que no he entendido lo que ha dicho, porque cualquiera le entiende cuando quiere hablar de forma retorcida. Según El País ha dicho que las pensiones subirán en 2011 si el IPC supera este año el 1%.