Extracto de un artículo de José Aguilar. Publicado por un servidor en La Gaceta de Rivas, 63, diciembre 2006, con permiso de El Escéptico, http://www.arp-sapc.org/
Dos horas estuvieron aguantando la risa los periodistas y las partes letradas durante el singular juicio celebrado en Barbate contra un concejal de la localidad por presunto incumplimiento de un contrato de arrendamiento de servicios, según ha contado F. Sánchez Zambrano. La risa, que siempre es ejercicio saludable, tanto para el cuerpo como para el alma, venía justificada por las declaraciones de los implicados y por la materia juzgada.
¿Qué servicios fueron contratados y no abonados por el edil sujeto pasivo de la demanda? Pues unos rituales de magia mediante los cuales el concejal llegaría a serlo, ya que el caso se gestó antes de las últimas elecciones municipales. El demandante, supuesto prestador de estos servicios, es Juan Rodríguez Fernández, cartomántico y parapsicólogo según su tarjeta de visita, más conocido por Rhadú por razones obvias: nadie va a acudir a un vidente que se publicite como Rodríguez Fernández. El ejercicio del esoterismo parece exigir un nombre exótico y orientalizante. Es el primer requisito para ser creíble (entre los que se creen estas cosas).
Rhadú denuncia que Jesús Marín Ariza, miembro del Partido Barbateño Unido (PBU), requirió sus servicios profesionales para lograr varios objetivos, entre ellos que la caseta de feria del PBU tuviera éxito y que él mismo fuese elegido concejal. Según el vidente, a lo que en realidad aspiraba su cliente era a ser alcalde, y para ello quiso que le hiciera la magia más fuerte, la magia satánica, género que Rhadú no trabaja. "Sólo le garanticé un concejal", dijo a la juez. Luego, el concejal efectivamente electo ha llegado a ser segundo teniente de alcalde y delegado de Vías y Obras, pero eso ya no ha dependido de la videncia de nadie, sino de la evidencia de que el alcalde del PP, Juan Manuel de Jesús, necesitaba los votos del PA y el propio PBU para lograr la ansiada mayoría. No se trataba de echar las cartas, sino de echar las cuentas de la aritmética electoral. Marín Ariza lo niega todo. No encargó ritual alguno y, por tanto, no adeuda los tres mil euros que le reclama el vidente. El asunto está pendiente de una prueba caligráfica a realizar sobre un manuscrito-contrato supuestamente firmado por el edil.
Publicado en La Gaceta de Rivas, 63, diciembre 2006
No hay comentarios:
Publicar un comentario