sábado, 13 de septiembre de 2008

Capitalistas despistados

Los afectados por el timo de los sellos andan buscando la manera de que enjuguemos sus pérdidas a escote y tengo por casi seguro que lo conseguirán, porque no debe haber país más fácil que el nuestro para lograr que el Estado sea declarado responsable civil subsidiario de cualquier entuerto.

El caso es que los susodichos se habían fijado en que hasta los obispos salen en manifestación e, intentando emular a los huelguistas de la transición, que se encerraban en las iglesias obreras de los barrios de Madrid, se dijeron: ¡Venga, a encerrarnos! Pero siendo capitalistas, aunque pequeños, no podían meterse en cualquier parroquia de las afueras. Así que a La Almudena.

Cuando el cura de guardia vio llegar aquella tropilla de jubilados seguro que se le saltó el alzacuello y se le cayeron los calzoncillos de Armani hasta las corvas. Por no armar tumulto los clérigos no pidieron el desalojo a la policía esa misma noche, pero al día siguiente los largaron: “Os equivocáis, hermanos, este no es lugar adecuado para vuestra reunión. Por favor, cada uno en su casa y Dios en la de todos” y así. “¡Hala, a casita! Me recen dos avemarías y un padrenuestro y no se olviden de poner una cruz en la declaración de la renta”.

Igual pensaban que el cardenal se iba a sentar con ellos en corro a cantar el No nos moverán, como si fuera Chanquete en Verano Azul. A la misma hora el presidente del gobierno cenaba con el embajador del obispo de Roma, para limar asperezas.
Publicado en La Gaceta de Rivas, 78, abril 2008

No hay comentarios: