En los próximos meses se va a reabrir en España el debate sobre la energía nuclear. Iniciamos aquí una serie de artículos cortos y claros sobre el asunto, para que los lectores que no estén familiarizados con el tema puedan formarse una opinión, pues a todos nos va mucho en lo que se decida al respecto.
Hace más de treinta años que los científicos y los ecologistas vienen avisando del problema ambiental que se avecinaba. Sin embargo ni los gobiernos del mundo ni los pueblos han hecho gran cosa. El problema ya está aquí y no se puede parar, sólo mitigar, y eso si se toman medidas drásticas y rápidas a escala mundial. Sus consecuencias precisas no se conocen, pero se estima que serán graves, sobre todo para algunos países, y muy costosas.
Hace más de treinta años que los científicos y los ecologistas vienen avisando del problema ambiental que se avecinaba. Sin embargo ni los gobiernos del mundo ni los pueblos han hecho gran cosa. El problema ya está aquí y no se puede parar, sólo mitigar, y eso si se toman medidas drásticas y rápidas a escala mundial. Sus consecuencias precisas no se conocen, pero se estima que serán graves, sobre todo para algunos países, y muy costosas.
Se trata de dos problemas enlazados. Por una parte la quema a gran escala de combustibles fósiles (petróleo, gas natural y carbón) durante los últimos cien años ha liberado una gran cantidad de gas dióxido de carbono (CO2), que está produciendo un calentamiento de la atmósfera y el consiguiente cambio del clima. A ello se suma la contaminación producida por otras sustancias como el azufre y la pérdida de la capa de ozono. Sobre esto no voy a insistir, pues hay mucha información disponible. Sólo añadiré que España será uno de los países más afectados, con aumento de la ya penosa sequía, desertización de extensas áreas e inundación de algunas zonas costeras. Pueden consultarse los informes completos de la ONU en www.ipcc.ch y un resumen con fotos interpretativas en www.greeenpeace.org (libro Photoclima).
La segunda parte es que, aunque los combustibles fósiles no contaminasen, de igual modo habría que buscar sustitutos, pues el petróleo y el gas tienen unas reservas que se agotarán a medio plazo y los precios ya se están poniendo a niveles prohibitivos. Carbón queda en grandes cantidades, sobre todo en EE.UU., Rusia y China, pero ya se ha dicho la contaminación que produce.
Para solucionar parte del problema de los combustibles fósiles se ha propuesto una solución llamada “captación de CO2”. Consiste en tomar los humos de las chimeneas de las centrales térmicas e inyectarlos en el interior de la tierra mediante sondeos profundos. Es una técnica cara y que no se puede aplicar en todos los lugares, pues no en todas partes hay formaciones geológicas capaces de admitir gases a presión y, sobre todo, de retenerlos para que después no se fuguen de nuevo a la atmósfera a través de fisuras en las rocas. Pero, de todos modos, puede ser un remedio parcial mientras sigan funcionando las centrales térmicas.
En resumen, es necesario cambiar pronto a otras fuentes de energía.
Publicado en La Gaceta de Rivas, 76, febrero 2008
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