Gran parte de los terrenos de esta ciudad están formados por yesos, bien sea en grandes masas, como se ve en los cantiles sobre el Jarama y en la ermita del Cristo de Rivas, o bien en estratos alternantes con arcillas.
Los edificios asentados sobre estas rocas pueden tener dos tipos de problemas de cimentación, ambos con solución poco costosa si antes han sido detectados y evaluados con un estudio geotécnico. Por una parte las aguas subterráneas disuelven los yesos con facilidad y forman oquedades de diversos tamaños e incluso cuevas, esto menos frecuente, que representan un riesgo para los edificios construidos encima; no tanto porque una vivienda entera pueda hundirse por colapso de una cueva, lo cual sería un caso muy raro, sino porque pueda fallar una zapata y dañar parte del edificio. El estudio geotécnico del terreno previo a la excavación de los cimientos servirá para proponer el tipo de cimentación más adecuado. A continuación, el reconocimiento de las excavaciones una vez abiertas permitirá comprobar las previsiones y en su caso tomar medidas adicionales, como rellenar las posibles oquedades con inyecciones de cemento.
En segundo lugar las aguas subterráneas y de riego disuelven el yeso y se vuelven ácidas, atacando al hormigón de las cimentaciones. Este problema se evita usando cementos especiales sulforresistentes.
Publicado en La Gaceta de Rivas, 70, julio 2007
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