Según datos oficiales (“La energía en España 2006”; www.mityc.es) el consumo energético de nuestro país en dicho año, contando como si todo hubiera sido petróleo, fue el equivalente a haber gastado 145 millones de toneladas de crudo, o sea unas 3,3 toneladas por habitante. Esta cifra por persona es similar a la de otros países de nuestro entorno, menos de la mitad del gasto de los estadounidenses y muy superior a la de los países en desarrollo. El desglose se puede ver en el gráfico adjunto. El 83% corresponde a petróleo, gas y carbón, el resto proviene de la energía nuclear y de las renovables.
Es importante destacar que nuestra dependencia de otros países es del 78%. Importamos casi todo el petróleo y el gas que quemamos, así como dos tercios del carbón. Esto significa que estamos a merced de lo que ocurra en países tan inestables como Argelia (gas), Rusia, Arabia y Nigeria (petróleo) o Colombia (carbón).
Es importante destacar que nuestra dependencia de otros países es del 78%. Importamos casi todo el petróleo y el gas que quemamos, así como dos tercios del carbón. Esto significa que estamos a merced de lo que ocurra en países tan inestables como Argelia (gas), Rusia, Arabia y Nigeria (petróleo) o Colombia (carbón).
En el otro gráfico se observa que gastamos la energía en tres usos principales, por este orden: transporte, industria y otras finalidades (hogar, iluminación pública, etc.).
Nadie sabe cuáles serán nuestras necesidades para el año 2050, que es la fecha para la que hay un cierto acuerdo internacional en que es necesario dejar de contaminar la atmósfera con la quema de combustibles fósiles. A mi entender sería prudente pensar que, en lo que toca a nuestro país, el consumo será bastante mayor que el actual, teniendo en cuenta que la población va en aumento y que cada vez se mueven más las personas y las mercancías, a la vez que aparecen nuevas máquinas para satisfacer nuevas necesidades.
En cuanto al tipo de energía necesario la sociedad funcionará casi en exclusiva con electricidad. La industria, los usos domésticos y parte del transporte ya la utilizan. Los automóviles del futuro funcionarán con electricidad (baterías recargables en un enchufe o paneles solares) o quemando hidrógeno, para cuya producción también se necesita electricidad.
Los cuatro requisitos principales que se deberían exigir a las formas de producir energía eléctrica en esa fecha serían: precio razonable, poca contaminación, reservas inagotables y mínima dependencia del extranjero.
En cuanto al tipo de energía necesario la sociedad funcionará casi en exclusiva con electricidad. La industria, los usos domésticos y parte del transporte ya la utilizan. Los automóviles del futuro funcionarán con electricidad (baterías recargables en un enchufe o paneles solares) o quemando hidrógeno, para cuya producción también se necesita electricidad.
Los cuatro requisitos principales que se deberían exigir a las formas de producir energía eléctrica en esa fecha serían: precio razonable, poca contaminación, reservas inagotables y mínima dependencia del extranjero.
Publicado en La Gaceta de Rivas, 78, abril 2008
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